El propósito del octavo Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas es promover un crecimiento económico sostenible, sostenido e inclusivo, el pleno empleo productivo y un trabajo decente para todas las personas. Las cooperativas están en una posición idónea para poner en práctica tales objetivos, como se demuestra en la nueva nota orientativa sobre el ODS 8 elaborada por COPAC y la ACI.
Las cooperativas suponen nuevas vías para que las trabajadoras y trabajadores informales accedan a protección social, mejoran la representación colectiva y permiten su reconocimiento jurídico; amplían las oportunidades de las mujeres, la juventud y los grupos desfavorecidos; además, constituyen una forma resiliente de negocio. A nivel mundial, son multitud los ejemplos de empresas cooperativas que consiguen mejorar la vida de las trabajadoras y trabajadores.
La cooperativa Uralungal Labour Contract Cooperative Society (ULCCS) es la cooperativa de trabajo asociado más antigua de la India. Fundada en 1925 en Kerala, empezó siendo un pequeño colectivo rural, y ha llegado a convertirse en una de las cooperativas propiedad de los trabajadores y trabajadoras más grande y diversificada del país, especializada en la construcción para distintos organismos públicos, entre otros el Departamento de Obras Públicas y los departamentos de Autopistas Nacionales, Regadíos y Turismo.
Su facturación anual asciende a 300 millones de dólares y cuenta con 18.000 personas empleadas, que también son miembros de la cooperativa, y sus prioridades son ofrecer unos salarios justos, amplias prestaciones y políticas inclusivas, así como mantener unos salarios por encima de la media del sector, con seguridad social, apoyo para vivienda e iniciativas educativas. Promueve la participación de los trabajadores y trabajadoras en la toma de decisiones, y hace hincapié en las prácticas éticas, la inclusividad y el bienestar comunitario.
En Ruanda, más del 12% de las 10.103 cooperativas registradas están relacionadas con el transporte, incluyendo 182 cooperativas de motos, como la Abahuza Cooperative.
Fue fundada en 2009 en la capital del país, Kigali, cuando una decena de excombatientes con un puñado de motos empezaron a organizarse. Hoy en día es una empresa floreciente, que emplea a más de 450 conductores (incluyendo dos conductoras), de los cuales un centenar son excombatientes.
Su trabajo con los grupos marginados, como los antiguos soldados, demuestra cómo las cooperativas han desempeñado un papel fundamental en la reinserción de grupos marginados en la posguerra de Ruanda, lo cual ha supuesto un paso más hacia la paz y la estabilidad.
En Guatemala, la Federación de Cooperativas Verapaces (FEDECOVERA, R.L) es una cooperativa autónoma de segundo grado fundada en 1976, que se dedica a construir un futuro mejor a través de la puesta en común de beneficios en toda su cadena de suministro.
Dirigida por pequeños productores organizados en cooperativas de primer grado y asociaciones, el grupo trabaja con ocho productos: cardamomo, café, té, pimienta de Jamaica, cacao, cúrcuma, aceites esenciales y silvicultura sostenible. Mediante su labor, reúne a 33.000 familias de productores a través de 42 cooperativas y más de 21 asociaciones, es decir, su impacto alcanza a unas 100.000 familias guatemaltecas.
Su objetivo es ayudar a las agricultoras y agricultores a mejorar la calidad y la cantidad de su producción, mejorar sus capacidades y crear alianzas a largo plazo con clientes locales e internacionales que comparten sus intereses y valores. Hoy en día, sus operaciones hacen especial hincapié en la sostenibilidad ambiental y su crecimiento se basa en mostrar el modelo cooperativo como un catalizador que impulsa el empleo y la economía local, al tiempo que preserva y celebra la riqueza cultural, social y ambiental de la región.
GOEL es un movimiento comunitario sin ánimo de lucro en el sur de Italia que desafía a la mafia construyendo una economía legítima basada en la gestión ética de empresas sociales. Integra trece cooperativas sociales, dos cooperativas agrícolas, dos asociaciones voluntarias, una fundación y 32 empresas principalmente del sector agrario. GOEL emplea directamente a unas 300 personas, además del personal externo o temporal y las consultorías. Actualmente, los miembros de la cooperativa controlan más de 350 hectáreas de tierras agrícolas en la Calabria, más de las mitad de las cuales se dedican a cítricos y olivares, pero también opera en otros sectores, como los servicios de salud, la restauración, la moda ética, el ecoturismo, el textil y la cosmética.
A través de todo ello, pretende crear una economía ética, basada en el modelo cooperativo, que resiste al crimen organizado proporcionando empleo completo y productivo, así como trabajo digno para todas las personas.
Para saber más, consulte aquí la nota orientativa sobre el ODS 8.
