En 2016, la creación de empleo de calidad es uno de los principales desafíos a los que "todos los países y regiones del mundo se enfrentan", según el estudio publicado recientemente por Organización Internacional del Trabajo (OIT) “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo – Tendencias 2016”1. El estudio plantea una serie de recomendaciones políticas como el "fortalecimiento de las instituciones del mercado de trabajo para asegurar que los sistemas de protección social están bien diseñados" con el fin de evitar más aumentos en el desempleo, el subempleo y la pobreza en el trabajo a largo plazo. También es necesario un reequilibrio en los esfuerzos de reforma, según la OIT, en particular, "ciertas reformas financieras tienen que garantizar que los bancos realizan su función de canalización de recursos en la economía real y en la inversión para la expansión de la empresa sostenible y la creación de empleo".
"Las cooperativas industriales y de servicios se ven especialmente afectadas por este reto, ya que su misión principal es proporcionar puestos de trabajo o actividades económicas sostenibles a sus miembros. El hecho de que los miembros (es decir, los co-propietarios de la empresa) son los trabajadores o los propios productores, compartiendo todas las responsabilidades empresariales entre los mismos y la aplicación de las estrategias empresariales en conjunto, ofrece una garantía de que se dará prioridad a la protección de sus puestos de trabajo y las actividades económicas en el largo plazo con una remuneración y las condiciones de trabajo adecuadas. Los gobiernos no pueden permitirse el lujo de mirar hacia otro lado cuando el movimiento cooperativo puede ofrecer una parte importante de la solución al problema del empleo en el mundo ", subraya Bruno Roelants, Secretario General de CICOPA. Las empresas propiedad de los trabajadores es un modelo en alza, según el estudio ’Las cooperativas y el empleo: un informe global ", el número de socios trabajadores es de 11 millones en todo el mundo.
Los resultados del estudio de la OIT revelan que incluso en aquellos países en los que se espera que el desempleo disminuya, especialmente en Europa y Norte América, "el empleo a largo plazo y el desempleo juvenil siguen siendo importantes desafíos sociales a tener en cuenta". Sólo en el ámbito europeo, más de 4.000 cooperativas sociales de la red CECOP tienen como misión fundamental la integración laboral de colectivos desfavorecidos, una gran parte de ellos son parados de larga duración. Por ejemplo, en Polonia alrededor de 1.000 cooperativas sociales fueron creadas por al menos una persona desempleada. "El hecho de que las empresas pueden ser gobernados democráticamente incluso por los más desfavorecidos proporciona las condiciones para un tipo de trabajado a largo plazo adaptado y de integración. De este modo las cooperativas son socios ideales para los estados miembros sobre la cuestión del desempleo de larga duración ", añade Roelants.
El informe de la OIT señala que debido a la falta de empleos dignos, los trabajadores tienen más probabilidades de encontrarse inmersos en el empleo informal, con puestos de trabajo informales no agrícolas que afecta a más del 65% de los trabajadores en un tercio de los países con datos comparables. En el mundo del trabajo, las mujeres siguen estando sobrerrepresentadas como trabajadores familiares o en trabajos informales. Por otra parte, en la mayoría de las regiones del mundo, las mujeres son más propensas a sufrir las diferencias de retribución, estar subempleada o trabajar con contratos temporales. El documento "Las cooperativas son clave para la transición de la economía informal a la formal" publicado por CICOPA en 2015 sostiene que el modelo empresarial cooperativo está particularmente adaptado para sacar a la gente de la pobreza y llevar a cabo la transición a la economía formal, proporcionando un socio económico de voz y representación a los ciudadanos de a pie, las economías de escala, una amplia gama de servicios de apoyo a la empresa (formación y educación, financiación, servicios de asesoramiento, etc.), y la formalización administrativa gradual. Las cooperativas son instrumentos empresariales abiertos a todas las personas, proporcionando a estas últimas con las habilidades y las economías de escala necesarias que les permitan garantizar esta transición gradual. Esto se aplica en particular a los grupos vulnerables, como las mujeres, las minorías étnicas, parados de larga duración, discapacitados, inmigrantes, etc.
El reciente aumento de los refugiados en el Norte, Sur y Europa Occidental, en su mayoría procedentes de los Estados Árabes, como consecuencia de los conflictos en curso, plantea la cuestión de la integración de un gran número de individuos en estos mercados de trabajo y en la sociedad, indica el estudio de la OIT. Como se demuestra actualmente en el sur de Europa, las cooperativas están ayudando a los refugiados que tienen una vida más digna, tanto en la prestación de servicios sociales y de emergencia, y en la contribuir a su integración de acuerdo con las normas nacionales específicas. Las cooperativas de trabajado y las cooperativas sociales tienen una experiencia de décadas en la prestación de servicios sociales y la integración laboral de los inmigrantes. Por ejemplo, la cooperativa social italiana Ruah, creada en Bérgamo en 2009, proporciona asistencia primaria, psicológica y social, mediación lingüística y la formación profesional a una amplia gama de personas que lo necesitan, como los migrantes. Sólo a partir de 2014, ha albergado a 1.000 personas, incluidos los refugiados de diferentes países para los cuales ofrece servicios sociales y profesionales, favoreciendo así su integración y autonomía en el trabajo.
1: www.ilo.org/global/research/global-reports/weso/2016/lang--es/index.htm
