Introducción: Las cooperativas ayudarán a las personas transgénero de la India a garantizar sus ingresos. La población transgénero del país sigue siendo vulnerable a los prejuicios, la discriminación y la violencia. Con el anuncio del gobierno de Kerala de que creará cooperativas para personas trans, el sector cooperativo desempeñará un papel cada vez más importante en la promoción de la igualdad de género en el estado.
Por Anam Mittra
Las raíces de las cooperativas en la India se remontan a finales del siglo XIX, cuando los agricultores decidieron "reunir sus escasos recursos para resolver problemas comunes relacionados con el crédito, el suministro de insumos y la comercialización de productos agrícolas". Desde entonces, la India ha presenciado un florecimiento de las sociedades cooperativas en diferentes sectores, que han formado parte de las políticas gubernamentales para paliar la pobreza.
Además, ya es un hecho establecido que millones de mujeres que forman parte de cooperativas ahora llevan vidas más dignas. Tienen voz y voto en la toma de decisiones individuales y familiares, son independientes financieramente y son catalizadores activos en el crecimiento y la prosperidad de sus propias familias. Las cooperativas no son una solución milagrosa cuando se trata del empoderamiento de las mujeres, pero suponen un paso en la dirección correcta.
No obstante, durante mucho tiempo mientras celebramos el poder de las cooperativas para transformar vidas, hemos pasado por alto la pregunta más obvia: ¿están las cooperativas ayudando únicamente a las personas que se ajustan al binarismo de género? La respuesta, por desgracia, es sí. Escuchamos las historias de éxito de hombres y mujeres en las cooperativas, pero ¿qué hay de aquellos que no se encuentran dentro de esta división de género? La población trans de la India, según el censo de 2011, es de aproximadamente 4,9 lakhs (490.000 personas). Es bien sabido que las personas trans se enfrentan a prejuicios, discriminación y violencia, por lo que su presencia real en nuestra población está subestimada. Su acceso a la educación está repleto de barreras y, en última instancia, la mayoría de elles tienen que recurrir a la mendicidad, a bailar en las bodas y al trabajo sexual para ganarse la vida.
Afortunadamente, esto está cambiando lentamente. Durante el 8.º Congreso Cooperativo de Kerala, el gobierno de Kerala (India) anunció que establecerá sociedades cooperativas para personas trans. El Ministro de Estado para el Turismo y la Cooperación, Kadakampally Surendran, explicó que "la ayuda financiera, incluidas subvenciones, se aportaría a través de estas sociedades, lo que ayudaría a la población trans a ser autosuficientes". Esta histórica decisión da continuidad a la Política Transgénero establecida por el Gobierno de Kerala (por otra parte, la primera en la India), para acabar con el estigma social y facilitar a esta comunidad una vida digna.
Por cierto, ¿no son estos los principios fundadores de cualquier cooperativa? Un objetivo socioeconómico común que se alcanza con la ayuda de los y las compañeras a través de la confianza y el esfuerzo mutuos. Las cooperativas dirigidas por personas trans tienen el potencial de sacarles de la pobreza, hacerles financieramente independientes y transformar radicalmente sus opciones de vida. A día de hoy existen iniciativas independientes en todo el país que tienen como finalidad impartir formaciones a la comunidad trans para que puedan encontrar trabajo. Lo anterior incluye capacitación en informática, comunicación en inglés, así como cursos de esteticista y otros cursos profesionales. El alcance de estas iniciativas es limitado, por lo que solo repercuten en un pequeño número de personas. La desmonetización había paralizado los medios de subsistencia de esta comunidad. La crisis, junto con las vejaciones en largas colas de bancos y cajeros automáticos, había forzado a muchos a volver al círculo de pobreza del que habían luchado por salir. Gracias a las cooperativas, la comunidad trans podrá resistir a los caprichos de la economía y garantizar sus ingresos, además de a poder llevar las vidas a las que aspiran.