
El 19 de marzo, la ACI-AP y su Comité de Mujeres organizó un evento virtual paralelo al 69 Foro de la Comisión de ONG sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) en torno al tema «Las acciones políticas importan: Las cooperativas de Asia-Pacífico y sus iniciativas en favor del ODS 5 (equidad de género)». El título del evento fue «Mecanismos institucionales para el avance de las mujeres».
El acto se sirvió de ejemplos prácticos del sector cooperativo de la región de Asia-Pacífico que demuestran que se han puesto en marcha políticas y mecanismos institucionales con perspectiva de género para fomentar el empoderamiento de las mujeres.
«El año 2025 es un hito para el sector cooperativo, puesto que celebramos el Año Internacional de las Cooperativas», expresó el anfitrión del evento, Simren Singh, responsable de Género y Educación en ACI-AP. «Estamos aquí para promover las buenas prácticas en torno al ODS 5 en el sector cooperativo de nuestra región y queremos recalcar el papel que tienen las políticas inclusivas y los mecanismos para la promoción y la materialización de la equidad de género y la igualdad en las cooperativas».
Chitose Arai, presidenta del Comité de Mujeres de la ACI-AP, explicó que el tema del Día Internacional de la Mujer 2025 (Accelerate Action) era un «llamada a la acción para dar los mismos derechos, poder y oportunidades y hacer realidad un futuro feminista en el que nadie quede atrás».
Destacó que, además de ser el segundo AIC, en 2025 también se conmemora el 30 aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en China en 1995.
«El Comité de Mujeres de la ACI-AP se ha centrado en la Declaración desde sus inicios» señaló Arai, y añadió que este año el comité se está dedicando a los pilares estratégicos del empoderamiento económico y social, el conocimiento, la educación, la formación y las coaliciones.
La ponente inaugural del evento fue Ida Suhanya Jesu, especialista en Género e Inclusión en la Organización Internacional del Trabajo, con sede en Sri Lanka.
«Esta ocasión es un poderoso recordatorio de lo que se ha avanzado en equidad de género y del papel crucial que juegan las cooperativas para conseguir cambios significativos y duraderos», defendió, enfatizando la importancia de la Declaración para el avance en equidad de género y el papel de las cooperativas para lograr un cambio profundo.
Explicó también que la Declaración «influenció las políticas en toda Asia, donde la diversidad cultural y socioeconómica presenta unos desafíos únicos y donde se han adaptado las medidas para alinearlas con sus objetivos», y citó a la India, Indonesia y Filipinas como ejemplos de países que han reforzado sus marcos jurídicos para promover políticas con perspectiva de género.
No obstante, reconoció que las mujeres siguen teniendo que afrontar numerosos obstáculos, como el escaso acceso a la financiación, unos marcos jurídicos muy restrictivos, la resistencia patriarcal y otros trastornos de la economía, como el cambio climático.
«Estas problemáticas requieren soluciones innovadoras y basadas en la comunidad», defendió. «Ahí es donde entran en juego las cooperativas».
Suhanya Jesu explicó que la OIT ha prestado apoyo a las cooperativas a nivel mundial a través de la alfabetización financiera en Nepal, el desarrollo de políticas de género en Indonesia o la creación de programas de reconstrucción tras los conflictos en Sri Lanka. Añadió que, a nivel más general, se podrían implementar otras soluciones: respaldo a determinadas políticas, capacitación, asociaciones público-privadas, liderazgos inclusivos y herramientas digitales para fortalecer a las cooperativas. «Para lograr la equidad de género hace falta un "esfuerzo colectivo"».
Para concluir, declaró: «Las cooperativas ofrecen una opción sostenible e inclusiva para llevar a la práctica la visión de la Declaración de Beijing y, al reforzarlas, podemos acelerar el progreso hacia nuestro ODS5 [...]. Colectivamente, podemos convertir esas aspiraciones en una realidad, construyendo así un futuro más justo, igualitario y sostenible».
Priti Patel, vicepresidenta del Comité de Mujeres de la ACI-AP y miembro del comité nacional de mujeres de la National Cooperative Union of India (NCUI), también subrayó la importancia de las políticas de género en las cooperativas para empoderar económica y socialmente a las mujeres y mejorar su acceso a recursos, puestos de liderazgo, salarios dignos y entornos de trabajo propicios.
La presentación de la Sra. Patel, a cargo de la Sra. Singh, analizó la importancia del papel que desempeñan las cooperativas en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la vinculación entre el ODS 5 y otros objetivos, como la erradicación de la pobreza (ODS 1), la promoción del trabajo digno (ODS 8) y la reducción de las desigualdades (ODS 10).
Ofreció el ejemplo de varias cooperativas indias como referentes de buenas políticas de inclusión de género: Gujarat Mahila Credit Cooperative Society (de la que es vicepresidenta), que proporciona ayuda financiera y capacitación a mujeres; SEWA, una cooperativa de mujeres que ofrece servicios financieros, formación y promoción; y Kamdhenu Self-Help Group y Mahila Sag Cooperative, que empoderan a las mujeres a través de la autonomía y el espíritu empresarial.
«Estas iniciativas han transformado las vidas de las mujeres al permitirles tener independencia financiera y espíritu empresarial», explicó Singh. «Esto demuestra que las políticas de género impulsan el crecimiento económico, la equidad social y el empoderamiento de las mujeres».
También tomó la palabra Linda Seaborne, asesora política del consejo de cooperativas y mutuales Business Council of Co-operatives and Mutuals (BCCM) de Australia, que presentó una visión general de las políticas con enfoque de género de su país. El BCCM nació en 2013, tras el primer Año Internacional de las Cooperativas de la ONU en 2012. Ahora representa a más de 1800 cooperativas y mutuales.
En 2016, emprendió un proyecto de investigación para analizar la inclusión de género en los puestos de liderazgo y descubrió que, aunque las cooperativas tenían más mujeres en puestos de presidencia que las empresas no cooperativas, era menos probable que una mujer ocupara un puesto de dirección ejecutiva.
«Todavía había obstáculos que impedían a las mujeres acceder a puestos de responsabilidad: falta de flexibilidad laboral, menor acceso a formación en liderazgo y un respaldo insuficiente para su crecimiento profesional», afirmó Seaborne. «El compromiso con el cambio tiene que empezar por arriba, que es donde trabajamos en el BCCM, dialogando con los consejos de administración y la alta dirección».
El BCCM ha realizado un seguimiento de los datos durante los últimos seis años y ha descubierto que, aunque la proporción de consejeras delegadas y presidentas de empresas en la Bolsa australiana (ASX) se mantiene relativamente estable, «en las cooperativas y mutuales la proporción de presidentas ha aumentado un poco, pero la de consejeras delegadas ha ascendido drásticamente».
Desde Filipinas, Hermes Vergara, presidenta del Comité de Género y Desarrollo de la Confederación Nacional de Cooperativas (NATCCO) explicó que han trabajado con el gobierno para promover la equidad de género en las cooperativas.
Hace 12 años, la Autoridad para el Desarrollo Cooperativo (CDA) de Filipinas emitió el Memorando Circular 2013-22 para integrar el género y el desarrollo en las políticas cooperativas, una medida que exigía a las cooperativas aplicar políticas de equidad de género, asignar un presupuesto específico a proyectos de género y poner en marcha mecanismos como un comité de género y desarrollo.
En 2017, la CDA publicó una herramienta para evaluar el progreso de la equidad de género en las cooperativas basándose en personas, políticas, programas y mecanismos de apoyo.
Según Vergara, NATCCO ha reservado un puesto de su consejo a una representante de las mujeres y ha destinado el 5 % de su Fondo de Formación y Educación Cooperativa a programas de equidad de género. También ha publicado un manual de integración de género para cooperativas, destinado a orientarlas a la hora de implementar programas sólidos de género y desarrollo.
Esto es fundamental, según ella, porque «la equidad de género no es una cuestión femenina, sino humana. Afecta a todas las personas».