Iniciamos un año nuevo, proclamado por las Naciones Unidas como Año Internacional de las Cooperativas. ¡Brindemos por el espíritu inquebrantable del movimiento cooperativo global! Este año es especialmente importante, puesto que supone un nuevo reconocimiento global (¡recordemos que las Naciones Unidas proclamaron por primera vez el primer Año Internacional de las Cooperativas en 2012!) de la inestimable contribución de las cooperativas para lograr un mundo más justo e igualitario. El eslogan del año «las cooperativas construyen un mundo mejor» es un claro reflejo de estos objetivos y captura la misión duradera de nuestro movimiento.
El año pasado tuvimos que afrontar grandes retos, tanto localmente como a escala mundial. Hemos asistido a recesiones económicas, sufrimos el malestar social y somos testigos de las crisis medioambientales actuales. Y, sin embargo, el espíritu cooperativo se mantiene firme, como símbolo de esperanza en un mundo que en el que suele primar el beneficio sobre las personas y en el que el individualismo suele anteponerse al interés general.
El movimiento cooperativo, como un rico entramado tejido por innumerables hilos, refleja una red global de comunidades, negocios y sueños compartidos. Todas y cada una de las cooperativas, desde la cooperativa de crédito más pequeña hasta la cooperativa agrícola de mayor tamaño, son esenciales para la elaboración de este intrincado y colorido tejido. La unión hace la fuerza.
Durante los últimos 130 años, la ACI ha estado al frente del movimiento cooperativo mundial y ha guiado y prestado apoyo a cooperativas de todo el mundo. Hemos podido comprobar el poder transformador de la cooperación en el empoderamiento de las comunidades, el fomento del crecimiento económico y la promoción de la inclusión social.
Nos hemos unido en todo el mundo para afrontar retos como la consecución de una vivienda asequible y la sostenibilidad medioambiental, y las cooperativas se han unido para abordar otros retos apremiantes. Las cooperativas han facilitado el acceso a bienes y servicios esenciales, como la atención sanitaria, han prestado apoyo a las economías locales y han empoderado a la población para que tome las riendas de su destino. Todos y cada uno de nosotros tenemos un papel fundamental en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); todos podemos demostrar que las empresas centradas en las personas pueden tener un impacto social positivo y pueden impulsar un cambio medioambiental.
También hemos podido constatar el poder de la acción colectiva. Unidos como cooperativas hemos defendido políticas favorables para el desarrollo sostenible, la justicia social y la democracia económica.
Pero nuestra labor no termina aquí. El movimiento cooperativo debe seguir evolucionando y creciendo para lograr una mayor representación en la economía global. Debemos aprovechar la innovación, adaptarnos a las nuevas necesidades y seguir defendiendo los valores que nos definen: equidad, autoayuda, responsabilidad social y solidaridad.
Debemos seguir innovando para encontrar nuevas formas de abordar los retos a los que se enfrenta la población. Como cooperativas, debemos explorar nuevos modelos de negocio, integrar las nuevas tecnologías e invertir en las energías renovables. El auge actual de las cooperativas digitales, las cooperativas de plataforma y las empresas sociales es tan solo una muestra del espíritu innovador de nuestro movimiento.
Por otro lado, debemos seguir garantizando un movimiento inclusivo y accesible para todos.
Luchemos por conseguir un movimiento cooperativo global en el que todos los miembros puedan prosperar. Construyamos juntos un movimiento en el que:
- se ofrezca a todos y todas la oportunidad de participar y contribuir;
- el desarrollo económico esté impulsado por la responsabilidad medioambiental;
- la cooperación y la solidaridad sean las bases de nuestras interacciones;
- la democracia y la participación sean fundamentales para el desarrollo de cualquier actividad;
- la sostenibilidad forme parte íntegra de todas nuestras acciones.
No tengamos miedo de cuestionar el statu quo, de defender el cambio y de construir un futuro mejor para todas las personas. Tomemos ejemplo de la sabiduría y la osadía de nuestros miembros de todo el mundo y colaboremos para crear un mundo mejor en el que la cooperación se abra paso como un rayo de esperanza.
De cara al futuro, el Año Internacional de las Cooperativas culminará con la celebración de la segunda Cumbre Mundial de Desarrollo Social en Catar en noviembre de 2025. Esperamos que los miembros del CM50 (una red mundial de dirigentes de cooperativas y mutuales) puedan aprovechar la ocasión para presentar nuestra Acta por un Futuro Cooperativo y un plan de compromiso para acelerar la consecución de los ODS y aumentar la participación de las cooperativas y mutuales en la economía global en los próximos años. Esta cumbre supone una oportunidad única para mostrar el poder transformador del movimiento cooperativo en todo el mundo. Utilicemos esta plataforma para alzar nuestra voz, crear nuevas alianzas y reforzar nuestro compromiso de construir un mundo mejor.
Termino compartiendo, en nombre de todo el personal de la ACI, nuestros deseos de un Año Nuevo lleno de prosperidad, salud y cooperativismo. Unidos en nuestra misión de construir un mundo mejor.
¡Sigamos adelante juntos!