Esta semana en Pekín, para el inicio de 2016 del grupo de asesoramiento empresarial del G20, el B20, que este año se celebrará en China; un arranque marcado por los movimientos recientes de la economía china. Las salidas netas de capitales de China llegaron casi a los 700 mil millones de dólares el año pasado y se prevé una salida de otros 600 mil millones de dólares para este año. En el trayecto desde el aeropuerto hasta mi hotel, el conductor no paró de hablar de la bolsa China, que ha sufrido caídas drásticas durante estas últimas semanas.
El día del arranque del B20, la bolsa cayó un 6% más, a pesar de la intervención del Banco Central de en torno a unos 70 mil millones solo ese día, alcanzando así una caída superior al 20% durante el primer mes del año. El mercado cuenta con 100 millones de inversores y muchos ciudadanos chinos lo ven como la vía por la que esperan participar del crecimiento económico. La semana pasada, economistas y referentes empresariales, incluida la presidenta de la Alianza Monique Leroux (http://ica.coop/en/media/news/davos-diary-conclusions-2016-world-economic-forum), se reunieron en Davos, Suiza, para el Foro Económico Mundial, un acontecimiento muy mediático que anticipa los movimientos económicos del año entrante.
A pesar de las turbulencias de enero en los mercados de todo el mundo, el mensaje de Davos fue, en líneas generales, un mensaje optimista, con confianza en el crecimiento de las economías principales. A pesar de la gran confusión en China, el Banco Mundial prevé un crecimiento del 7% para el 2016 (menor que el promedio del 10% de la última década). Sin embargo, el mensaje esperanzador y optimista de Davos no es universal.
Existe una preocupación generalizada por las crecientes desigualdades de ingresos y riqueza. El mensaje de Davos centró su atención en el auge del populismo que viven muchos países democráticos. En el Arranque del B20, el Viceprimer Ministro chino, Wang Yang, reconoció que "debemos conseguir que los beneficios del crecimiento económico lleguen a todas las personas". En la comunidad empresarial, un acceso limitado a financiación puede llevar a la misma desigualdad de oportunidades de ingresos que vemos a nivel individual.
En el seno del Grupo de Trabajo para el Desarrollo de PYME del B20, analizamos la brecha financiera que existe para las pequeñas y medianas empresas, la categoría en la que se enmarca la mayoría de cooperativas. Fue precisamente por ese motivo por el que la Alianza Cooperativa Internacional creó la Comisión Blue Ribbon de Capital Cooperativo, que ha estado evaluando las fuentes de financiación cooperativa que existen en la actualidad y valorando nuevas vías para garantizar una financiación inclusiva.
Esta labor valiosa será una contribución útil para las deliberaciones del B20. A lo largo de este año, otros grupos de trabajo del B20 trabajarán en el crecimiento de la financiación, en temas de comercio e inversión, infraestructura y empleo. La Alianza contribuirá y aportará su feedback a cada uno de esos grupos, con el objetivo de dar a conocer el punto de vista de las cooperativas. Las tendencias dirigidas hacia una concentración del control nunca son fáciles de superar, pero el diálogo abierto en torno a los peligros inherentes a la concentración reciente de la riqueza son prometedores.
Existe una oportunidad de corregir aquellos aspectos que no tienen por qué ser necesariamente ideológicos, sino que pueden debatirse e implantarse a través de una actitud responsable. De hecho, subir el tono del discurso podría ser beneficioso. Las cooperativas no solo tienen una experiencia muy valiosa que aportar, también tienen una larga trayectoria de respeto mutuo, inclusión y solidaridad que hace que nuestro mensaje sea particularmente oportuno.
Foto: El Sr. Li Chungsheng en compñía del Director General de la Alianza, el Sr. Charles Gould.
