Las cooperativas son un modelo de negocio que antepone las personas a los beneficios y, como tal, tienen una inclinación natural por los derechos humanos. Se basan en los valores de autoayuda, democracia, igualdad, equidad y solidaridad. Los cooperativistas creen en los valores éticos de la honestidad, la apertura, la responsabilidad social y el respeto hacia los demás. Estos valores van ligados al principio cooperativo de sentimiento de comunidad.
En las actividades relacionadas con los derechos humanos, las cooperativas son esenciales para que se aplique la responsabilidad social. El movimiento cooperativo es, en gran medida, pionero en el desarrollo y aplicación de la responsabilidad social corporativa. Además, la cultura cooperativa es ante todo humanitaria: fomenta el respeto mutuo, el cuidado de los demás, la idea de dar prioridad a las personas. Por tanto, es el modelo de negocio más adecuado y eficaz para el desarrollo humano y la conquista de los derechos económicos y sociales.
El movimiento cooperativo participa activamente en el sistema alimentario mundial, puesto que ocupa distintas posiciones en la cadena de valor: producción, mano de obra, transporte, consumo y reciclaje. Las cooperativas promueven una distribución más justa del valor y del control, para asegurarse de que alcanzan el mayor número de objetivos en la lucha contra la pobreza, el hambre y la desigualdad. Sin embargo, en la búsqueda de un mundo más justo y de sistemas alimentarios y cadenas de suministro más sostenibles, aún quedan oportunidades por explorar mediante enfoques innovadores de producción y distribución de alimentos para conseguir una sociedad más equitativa.
El ICETT movilizará al movimiento cooperativo y a sus socios, con un espíritu de cooperación entre cooperativas y de preocupación por la comunidad, para que adapten sus operaciones a los principios de las cooperativas y a los principios rectores de la ONU en materia de derechos humanos, y para que protejan los derechos fundamentales de los trabajadores en sus cadenas de valor. También servirá de plataforma para compartir buenas prácticas y señalar las áreas que deben mejorarse en relación con los derechos humanos en las cadenas de valor y defender la protección social y los derechos de los trabajadores.
Asimismo, el ICETT pretende asociarse con la OIT a través de la Alianza 8.7 para movilizar al movimiento cooperativo para que se centre en la eliminación del trabajo infantil. Se pedirá a las cooperativas que participen en la movilización de la comunidad y en las campañas de concienciación entre sus miembros y dentro de las comunidades en las que operan, y que proporcionen orientación y liderazgo comunitario para poner en marcha medidas para la eliminación del trabajo infantil. Esta colaboración es oportuna ya que la ONU declaró 2021 como el Año Internacional de la Erradicación del Trabajo Infantil.
Los Estados miembros de la ONU adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015 y en la Alianza 8.7. Todos los países se comprometieron a: Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a la esclavitud moderna y a la trata de personas y garantizar la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y para poner fin al trabajo infantil en todas sus formas antes de 2025.