El mes pasado más de 1.500 cooperantes en la región de las Américas se reunieron en Cartagena, Colombia, para la III Cumbre Cooperativa de las Américas. El evento se cerró con la aprobación de la Declaración de Cartagena, que fija un número de objetivos para el movimiento cooperativo en la región.
Uno de los desafíos para las cooperativas en las Américas es aumentar el conocimiento sobre su impacto social y económico. Con 250 millones de personas vinculadas al sector cooperativo en Latino América, varios factores continúan influenciando el grado de visibilidad del impacto económico y social de las cooperativas. Esto incluye que en muchos casos existe una escasa cohesión, hay prácticas de competencia desleal entre cooperativas, limitaciones impuestas por los entes reguladores de cada país, débil identidad cooperativa, falta de visión empresarial y el crecimiento masificado generador de membrecía sin sentido de pertenencia.
Para responder a esto, los cooperantes que firmaron la declaración se comprometieron, entre otras cosas, a fortalecer las estructuras democráticas incluyentes, promoviendo la práctica asociativa y gestión empresarial y fomentando proyectos de investigación que nos permita profundizar en los conocimientos y difundirlos hacia el conjunto de la sociedad. También se proponen impulsar proyectos que incluyan a la niñez y a la juventud con el propósito de contribuir al cambio generacional en las cooperativas y fortalecer las estructuras democráticas e identidad cooperativa.
La declaración también menciona que las cooperativas necesitan mostrar innovación para liderar la transformación de la sociedad. Según el documento, esto se podría alcanzar diseñando programas de gestión que transversalicen la equidad de género y la juventud, favoreciendo la conciliación laboral, familiar y las relaciones comunitarias.
Otro desafío para el movimiento en las Américas es maximizar la ventaja competitiva de la cooperación y aumentar el impacto y alcance de las cooperativas a nivel regional y mundial sin que afecte a la identidad
cooperativa. El sistema cooperativo debe ser un instrumento eficaz para el desarrollo inclusivo y una poderosa plataforma para la transformación social, dice el documento.
La declaración respalda la participación del movimiento cooperativo colombiano en el proceso de la consolidación de una paz, generando procesos de inclusión social y participación ciudadana. El documento también subraya la importancia de continuar la colaboración entre las Cooperativas de las Américas y Cooperatives Europe.
En el contexto de la III Cumbre Cooperativa de las Américas se llevó a cabo por primera vez un encuentro conjunto de la Red de Parlamentarios y la Red de Organismos de Promoción, Desarrollo y Supervisión de Cooperativas de las Américas. Parlamentarios de Argentina, Chile, México, Paraguay y un representante del Parlamento Latinoamericano participaron en el evento. Se reunieron a los representantes de los organismos de promoción, desarrollo y supervisión de Chile, Colombia, Ecuador El Salvador, México y Uruguay.
Las conclusiones de este encuentro fueron incluidas en una declaración adjunta en el Anexo de la Declaración de Cartagena. En este documento, los parlamentarios y representantes de organizaciones de desarrollo y supervisión de las cooperativas se comprometieron a divulgar el mensaje de marcar la diferencia cooperativa entre los tomadores de decisiones. Para que el modelo cooperativo sea reconocido, valorado e impulsado se proponen cambios en la educación en los diferentes países para incorporar la Educación Cooperativa y comprometerse con la preservación y el cuidado del planeta, para lo cual es necesario retomar el Pacto Verde Cooperativo impulsado por Cooperativas de las Américas.
El texto entero de la Declaración está disponible en línea.
Foto: los delegados en la III Cumbre Internacional de las Américas en Cartagena © Cooperativas de las Américas
