Un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) está centrado en el potencial de las cooperativas para ayudar a formular una respuesta al problema de los residuos electrónicos. Las cooperativas juegan un papel muy importante en la formalización de la economía informal, incluidos los trabajadores del sector del tratamiento de residuos.
El informe menciona que el número de cooperativas y empresas sociales y solidarias de recolectores de residuos está creciendo. Esto podría ayudar a los trabajadores en la economía informal a obtener mejores precios e ingresos. A través de un fondo de capital común, las cooperativas pueden invertir en la compra de equipamiento tecnológico y de protección, máquinas de pre-procesamiento y uniformes. Al mismo tiempo, las cooperativas apoyan a sus miembros a obtener acceso a servicios financieros o a crear sus propias cooperativas financieras.
La OIT revela que dentro del sector de los residuos electrónicos y eléctricos (e-waste) está el sector de gestión de residuos de más rápido crecimiento. Según el informe, la mayoría de los residuos electrónicos y eléctricos terminan en los países en desarrollo para ser tratados por trabajadores informales que corren el riesgo de ser contaminados. El proceso de tratamiento de los residuos electrónicos y eléctricos es peligroso para la salud de las personas, así como para el medio ambiente.
El estudio de la OIT también revela que las cooperativas de gestión de los residuos usualmente aumentan el conocimiento de sus miembros con respecto a los derechos de los trabajadores y la salud y seguridad en el medio laboral.
El informe incluye varios estudios de casos de cooperativas de gestión de residuos. Una de estos es SWaCH (Solid Waste Collection and Handling) en Pune, India. Creada por los miembros de una unión de recolectores de residuos, la cooperativa tiene más de 2.300 miembros y provee servicios a 400.000 casas en la ciudad. SWaCH trabaja con la municipalidad y sus miembros tienen acceso a atención médica pública para sus niños. La cooperativa también provee uniformes, equipamiento básico de protección y un horario de trabajo de ocho horas al día para sus miembros.
En Brasil el Movimiento Nacional de Trabajadores en el Reciclaje incluye 600 cooperativas miembros que ofrecen empleo a 80.000 recolectores que recogen un 90% de los materiales reciclables del país. Para reconocer su importancia, el gobierno ha lanzado una Política Nacional para la Gestión de Residuos Sólidos mediante la cual alienta a las municipalidades a integrar las cooperativas en sus sistemas de gestión de residuos sólidos.
Según el informe, las autoridades públicas pueden formalizar el sector por la creación de políticas favorables para animar a los recolectores informales, comerciantes y los que trabajan en el sector de reciclaje a organizarse y formar cooperativas y otras empresas de la economía social y solidaria.
Foto: residuos eléctricos para reciclaje o eliminación segura © Pedro Miguel Sousa